Después de madrugar un poquito a las diez de la mañana, y tras dejar las maletas en el hotel, nos dirigimos a la Plaza Mayor donde hicimos nuestra primera parada para abrir el apetito cultural. Tropezando casi de inmediato nos encontramos con la Iglesia de San Martín. A continuación nos dirigimos a la Clerecía, actual Universidad Pontificia, y a la Casa de las Conchas; y desde allí, en un salto, estábamos ya en la Universidad ante su imponente fachada, y como no, buscando la famosa rana. Algunos de nuestros alumnos de segundo de bachillerato estaban verdaderamente angustiado por no encontrarla pensando en el futuro suspenso de selectividad debido a tan triste acontecimiento plateresco.

Vecinas de la Universidad son la Escuela Menores donde se encuentra en una bóveda “El Cielo de Salamanca” digno de ver.

Desde allí nos fuimos a la Casa Lis que es un palacete modernista. Donde si no te sorprende una cosa, te sorprende otra. Y para terminar la mañana: visita a las Catedrales. Realmente unas joyas.

Después de un merecido descanso para comer, pasear, visitar tiendas, etc. visitamos la Iglesia de la Purísima donde hay un cuadro de Ribera y el Palacio de Monterrey.